Elena M. en Canadá - Capítulo 2
El viaje a mi nueva casa
¡Y por fin llegó el día! Cuando empiezas a preparar el viaje te parece que aún falta mucho. Yo sabía que me iba, pero no era consciente de lo rápido que pasaba el tiempo y de que el día X cada vez estaba más cerca. Aunque puede ser verdad que parte de la culpa la tuviera el verano y los días de playa con mis amigas. Pero al final, sin darme cuenta, ya tenía la maleta preparada para marcharme al día siguiente. Cuando me desperté y me di cuenta de que esa era la última noche que había dormido en mi cama me sentí un poco rara, y la verdad es que bastante triste. Es una sensación difícil de explicar y que sólo entiendes cuando te enfrentas a un cambio como mudarte a otro país durante seis meses. Después de repasar mil veces que llevaba todo ya fuimos hasta el sitio en el que había quedado y de donde saldría el autobús. Y es que antes de empezar mi aventura particular me esperaban, nada más y nada menos, que ¡¡¡7 HORAS EN AUTOBÚS!!!
A pesar de que no había podido dormir mucho esa noche por culpa de los nervios tampoco pude hacerlo en el autobús, menos mal que mis compañeros hicieron el viaje más divertido. Cuando por fin llegamos a Madrid (y a los casi 80º de calor que hacía) nos instalamos en el hotel y nos dimos un atracón en el ‘Hard Rock’. Después de volver al hotel e intentar dormir algo tuvimos que levantarlos a las 4.30 de la mañana para coger el vuelo. Y aquí llega uno de los peores momentos del viaje que he pasado hasta ahora: la facturación. El máximo de peso que puedes llevar en la maleta grande es de 23 kg y yo ya sospechaba que ese peso y yo tendríamos algún problemilla. Y CONFIRMADO: 25KG. Yo ya estaba preparada para llorarle un poco al chico del mostrador, pero menudo alivio me llevé cuando él mismo me dijo que no pasaba nada. Así que, para que lo sepáis: normalmente, en viajes como estos suelen hacer la vista gorda si te pasas 1 o 2kg. Pero mi consejo es que no os la juguéis, porque ese mal rato no me lo quita nadie.
Después de los controles, la foto de grupo de rigor y de enseñar el pasaporte , por fin subimos al avión. El avión más grande que había visto nunca, pero que durante las eternas 8 horas del vuelo se me llegó a hacer pequeño. Aquí tengo otro consejito muy útil: no durmáis la noche anterior, porque así estaréis cansados y dormiréis en el vuelo. Y eso fue, justamente, lo que yo no hice. Menos mal que había juegos, películas y compañeros con los que hablar y entretenerme. Pero, desde el vuelo, me hago una pregunta: ¡¿Por qué la comida del avión es taaan picante?!. Después de probar los macarrones con tomate que nos ofrecieron pensaba que podría escupir fuego.
Y aterrizamos en Toronto. Si los controles en un aeropuerto ya son agobiantes, si son en inglés, te hacen miles de preguntas y no paran de soltarte papeles ya ni te cuento. Pero bueno, al final los pasas y ya te puedes relajar y pensar en lo poquito que queda para conocer a tu nueva familia. Y es que ya sólo quedaba el viaje hasta Halifax de 1 hora y 15 minutos (que se me hizo hasta corto comparado con el otro). Y así puse el primer pie en la que sería mi casa durante estos meses. Después de recoger el equipaje ya me encontré con mi nueva familia, Karen y mi compañera alemana Anna, que habían venido a recogerme con globos y un cartel de bienvenida. La verdad es que me hicieron sentir a gusto desde el primer momento, aunque confieso que en ese momento lo único que me apetecía era dormir. Menos mal que el jet lag se portó bien y me duró pocos días, ya estaba lista para vivir al máximo la experiencia.
ACTUALIDAD LK
Te ayudamos a comprender lo que conlleva cada uno de nuestros servicios con estos artículos de ayuda y actualidad sobre la empresa LK.
Puedes encontrar guías para tu nueva aventura, o nuestras ultimas noticias, situación actual de la alerta por Covid y mucho más.
Deja una respuesta